jueves, 27 de diciembre de 2007

Cotidianeidad

Y si me pongo a escribir una vez, entre tanto ruido la música no para de sonar, en una suerte de sueno que no llega a hacerse realidad. Sabor a lejos, a la nostálgica falta de cotidianeidad. En un momento neutral donde no puedo encontrar el malestar me preocupo, y eso no esta del todo mal. En la simple de un porvenir que no importa sueño despierto el día. No pienso mas allá de mañana ni me molesto en lo que no tengo que pensar. En un aprendizaje austral me ilumino de la energía que rodea de vida. Sabores que hacia tiempo no conocía, tengo que saber tocar los labios de las flores de la vida. El sonido que habita en mi interior se alza al ritmo de canciones nuevas conocidas. Estadio de la suficiente melancolía para no olvidar el lugar de donde vengo, los caminos recorridos, la gente que ha quedado a tras, los eternos de siempre y las nuevas sonrisas verdaderas que me esperan. Brindo en este salto de felicidad en este canto a la vida, por mis queridos testigos, toda esa bendita gente que hace que yo exista. Todos esos que me recuerdan, que me viven que me descubren, que me aman. Ellos que hacen que no seamos nada. Gracias a las horas del balance de otro año que se cae de el calendario de mis días. Las misma pregunta suena en mi cabeza una vez mas. Y creo que hoy puedo decir, que cuando me pregunto sobre la vida una sonrisa se pinta en mi cara.