miércoles, 23 de abril de 2008

7

Cuando los días pasan como las hojas de un diario gratuito matinal sin mayor importancia que esos colores oscuros que despiertan mi día en el metro, sonidos sordos conocidos, con tanto olor a gente y mucha agua que bautiza el suelo cada día todos los días. Siempre el ímpetu de ser dejando de ser y volviendo, todos los nombres que se llevo el tiempo, otra jornada en la ciudad del gris y hombres de sobre-todo. Donde estará el sol que me vio virgen correr a adolecentes alborotadas de rojas mejillas?; Salto a la desaparición conjugando el verbo olvido, dos otros desconocidos corren a marcar la tarjeta de entrada, nuevo e-siglo 21 de monedas sin caras. A veces y tantas otras cuantas sueldo una limosna al corazón entre curdas y tangos que sonaron en la casa que me vio niño. Tanto mundo y tanta falta de humanidad, tanta gente y tan pocas buenas intenciones. Miércoles, mitad de la semana, corremos una vida de 7 en 7 pero la suerte sigue siendo escasa, la marathon que empieza el lunes y agoniza el viernes en tu cama, sábados de azar y domingos sin siesta ni almuerzo familiar, dolor de duelo. El día que me deje de preguntar nunca existirá, en la melancólica angustia de saber que el ayer nunca volverá, ilumino de día 3 sin para de contar esperando otra vez al numero de la suerte.