Una vez el amor me toco la puerta
me miro, sonrío y no me dijo nada
¿como pude entender lo que quería?
cuando en realidad no me había dicho nada.
Ese amor se quedo y fue mi compañero,
una sombra un sobrero una flor de solapa,
viajamos juntos por distintos senderos
siempre en silencio y nunca dijo nada.
En la búsqueda absurda de todos los días
en la fabula brusca de la vida diaria
ese amor silencioso que se unió a mi vida,
lejano y misterioso no dijo palabra.
Siguieron los días como ríos que fluyen
explorando milagros de un tiempo consciente,
horas repetidas, minutos finitos
y esos sentimientos que nunca callaban.
miércoles, 29 de junio de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)