viernes, 10 de agosto de 2007

Barriletes

Nostalgia húmeda y sabor a tango. Entre los anos que han pasado y el incierto porvenir abro juego en un abrir y cerrar de ojos. Mujeres que siguen pasando sin mas, dejando sabor a poco en mis colmillos de perro Viejo. Ayeres sin marcar en las hojas de mi pasaporte con rumbo una mañana de a dos. Sueno rotos, caricias de otros tiempos y la misma sonrisa picara que llevo tatuada en la cara. Dispuesto a seguir explorando esos caminos solitarios que otros olvidaron, sigo a pie de marca sin mas rumbo que el de mis emociones. Otra vez la razón de la sin razón y miles de pecados. Y mis gritos no se escuchan entre tanto ruido a gente. Y aquí comenzamos.
Si me tengo que poner a pensar en toda la gente que ha pasado, la presente y la futura puedo afirmar que vivimos en un mar de gente. Gente que busca gente, gente mala muy mala y también Buena gente.
Y en el fondo todos los condenados a vivir en grandes ciudades estamos expuestos a mucha mucha gente. Algunos que buscan otros que se encuentran, muchos que se pierden y hace cuanto tiempo que no veo un barrilete. Esos barriletes que usábamos de chicos, que solíamos hacer con papeles de colores para remontar nuestros sueños de volar, de llegar a esos lugares sonados pero poco definidos. Y con el paso del tiempo todos nos vamos convirtiendo en barriletes. En estas ciudades donde el viento se llama incertidumbre y todos somos cometas de distintos colores. Toda esta gente, que va rebotando de situación en situación expuestos a la extrema búsqueda de verdades perdidas, de olores oxidados, de prohibido fumar. Aunque el libre albedrío reina en los sermones de los monasterios hay muchos que no pueden elegir, y van viviendo una vida marcada por el misterioso viento de las consecuencias, de las causalidades y las “casualidades” y asi vamos en carabana hacia la misma nada.
Cómo vamos a encontrar respuestas hechas al viento?, Cómo vamos a encontrar caminos nuevos donde todo esta hecho?. Que haran los libres pensadores o los que suenan despiertos?….será tiempo de dejar las ciudades de grandes monumentos y vivir en lo simple y frágil de un refugio de Montana?. O en un bosque, lleno de vida de verdad y de sabores húmedos con olor a fresco. O tal vez frente al mar, en un pequeño pueblo de Pescadores, contemplando al el Sr. de las mareas, para perder la vista en el infinito y darnos cuentas que por mas que nos esforcemos no somos casi nada. Por que vivimos preguntando hacia afuera?, por que creemos que en otra gente (en la masa) vamos a encontrar respuestas maratónicas?. Los zapatos gastados en la búsqueda duermen bajo mi cama, mi cama que no descansa ni suena (solo espera). Y si en realidad estar perdidos es el único camino para terminará aceptando que esta bueno morir. El sufrir permite entender por que este instante consciente de energía es finito. Y que hay respuestas? luego de preguntas descalzas y afirmaciones adolescentes siento que baso todas las líneas de mis pensamientos en fantásticas e irónicas suposiciones.
Esperando un milagro sigo vivo, como todos estos barriletes que vuelan en esta ironía de vivir y morir.
Hace días que no veo llover y eso me ha puesto a cuestionar un poco más mi vida. Y entre estas nuevas líneas me pienso por un instante, me sueno y dejo que el viento de esta gran ciudad se apiade de mi una vez más.

No hay comentarios.: